Hoy escucho la palabra “antibiótico” y literalmente tuerzo la boca,
le tengo miedo, o respeto podría decirse, cuando antes para mí era como dar un
mejoralito o remedio casero…Les cuento que cuando mi niño tenía como año y
medio, y lo metí en una guardería, empezó a enfermarse mucho, pero pues es
común que los niños enfermen conviviendo con otros niños que no falta que virus
traigan (incluyendo al mío) o que bacteria agarren. El detalle está en que
llevas a tu niño a un pediatra y te receta así nadamas de entrada antibiótico,
y luego agrégale antiinflamatorios, antihistamínicos, y termina tu casa como
farmacia, lo peor es que a veces ni se les quita y en la desesperación vas a
otro y te da casi lo mismo pero de otras marcas. Total que le das a tu niño o
bebe un coctel de medicamentos pensando que lo vas a curar y estás haciendo lo
mejor para él o ella. Y cuando eres primeriza con más razón! Nadamas le ves un
moquito y sales corriendo al pediatra! Así era yo, lo admito…poniendo toda la
confianza en manos médicas puesto que ellos son los especialistas. Ahora ha
cambiado mi perspectiva.
Son pocas las veces que un doctor manda a hacer un estudio, para
saber entonces si prescribir o no un antibiótico y cuál sería el mejor tipo
para la infección encontrada para no andar a prueba y error, Ven una
inflamación y es infección y por ende antibiótico, una irritación y lo mismo y
ante la duda, antibiótico…al menos esa fue mi experiencia.
Los antibióticos no discriminan, así como matan la bacteria que está
afectando al niño (si la hay), también mata a la flora bacteriana buena, esos
mismos microorganismos que ayudan a que nuestro sistema inmunológico funcione,
esos mismos que ayudan a que los nutrientes que recibimos, los absorbamos, esos
mismos que hacen que nuestro segundo “cerebro” el aparato digestivo modifique la
producción de neurotransmisores para que nos mantengan en armonía y salud, y esos mismos héroes son masacrados por los
antibióticos formando un circulo vicioso, los niños se enferman, les das
antibióticos, matas la flora bacteriana buena, con ello afectas su sistema
inmune, y lo dejas indefenso para combatir bacterias, virus y hongos, aunado a
la mala absorción de nutrientes, que los deja mal nutridos y luego
desestabilizando la producción de neurotransmisores que los deja, así
inestables sensorial y emocionalmente . Así como pretendemos tener niños sanos?
Todo por el mal uso o sobreuso de los antibióticos. No digo que nunca deben
usarse, pero si solo cuando sea realmente necesario.
Bueno pero basta de cátedra, aquí les dejo mis recomendaciones y
sugerencias:
Para prevenir:
Dar seno materno de ser
posible, la leche materna protege contra infecciones sobre todo en los primeros
6 meses de vida.
No permitas que fumen en tu
casa o cerca de tus hijos.
De ser posible elimina el
gluten (trigo), caseína (lácteos) y soya de la dieta de tu hij@, los lácteos provocan
alergias que producen sinusitis, los niños no respiran bien, los llevas al
doctor y te medican antibióticos y antihistamínicos cuando el problema no es
por ahí, están tratando solo síntomas y empezamos a formar un circulo vicioso.
Considera que el niño no asista
a guarderías por lo menos hasta los dos años de edad, las guarderías son un
criadero de gérmenes y su sistema inmunológico no está tan fuerte siendo
pequeño.
Estar alertas cuando haya
comezón o molestia en algún oído, si actúas rápido, puedes evitar la infección,
puedes dar gotas de gordolobo con ajo (De venta en tiendas naturistas) y poner
compresas frías para mitigar el dolor, si das este remedio junto con
equinacea/goldenseal que fortalece el sistema inmunológico,
las llevas de ganar.
Cuando están enfermos:
Nunca des antibióticos cuando
tu niño tenga una gripe o resfriado, los antibióticos matan la bacteria, no el
virus de la gripe. La gripe se trata aminorando las molestias, no con
medicamentos.
De ser posible, puedes buscar
un médico homeópata, ellos trabajan bien con infecciones y puedes conseguir
gotas homeopáticas por ejemplo para infecciones de oído.
Puedes suplementar con
equinacea/goldenseal en gotas para fortalecer el sistema inmune.
Si te
prescribieron antibióticos: (Importante para niños con autismo)
Pide a tu pediatra que sea por
vía intravenosa, de esta manera el daño a la flora bacteriana es menor.
Da probióticos durante el
tratamiento, si los das antes, durante y después del tratamiento mucho mejor.
Recuerda que es más difícil restaurar la flora intestinal que echarla a perder.
Los probioticos deben tomarse con algunas horas de separación del antibiótico.
Debe contener al menos las cepas Lactobacillus acidophilus, Bifidobacterium
bifidum o Lactobacillus GG. Entre más millones de lactobacilos tenga mejor, al
menos un mil millones para un niño.
Nunca interrumpas el
tratamiento con antibiótico, si ya lo iniciaste, debes terminarlo. De otra
manera generarías resistencia al antibiótico. De igual manera, dar la dosis
recetada y en las horas marcadas.
Y como última
nota, si tu niño tiene más de 4 infecciones por año, puede que su sistema inmunológico
no esté funcionando bien. Pero ese es tema para otro post…
Espero te haya sido de utilidad… Hasta la
próxima!